Saturday, July 21, 2007

Wishing for magic rain

Gente sin oficio vs. Gente crédula

The Times
July 21, 2007

Pagans fail to see the joke as giant finds company from the Simpsons

Pagan Homer

CERNE ABBAS Pagans have pledged to perform "rain magic" to wash away a giant picture of Homer Simpson that has been painted next to the Cerne Abbas Giant, their famous fertility symbol.

The image of the Simpsons character, which is 180ft (55 metres) tall, appeared next to the giant as part of a publicity stunt to promote The Simpsons Movie, which is due to be released this month.

The 17th-century chalk outline of the naked, aroused, club-wielding giant is believed by many to be a symbol of ancient spirituality. Many couples also believe that the Giant, which is carved in the hillside above Cerne Abbas, Dorset, is an aid to fertility.

The Simpsons figure, brandishing a doughnut, has been painted with water-based biodegradable paint that will wash away with rain. However, Ann Bryn-Evans, joint Wessex district manager for the Pagan Federation, said: "It's very disrespectful and not at all aesthetically pleasing. We'll be doing some rain magic to bring the rain and wash it away."

The Cerne Abbas Giant has previously been used to promote products such as as condoms, jeans and bicycles. He receives a full rechalking every 25 years.

Monday, April 30, 2007

Otro perdido más

Ya la cosa se está haciendo costumbre: Coje un taxi en Cairo y chorréate.

Hoy me tocó uno que no sólo estaba perdido, sino que además no hablaba Inglés, y además se creía el Fitipaldi de Egipto.

Resultado final: Dos horas de ida, 10 minutos de venida (por otra vía). Este chofer está bueno para mandarlo a buscar la muerte.


Nótese lo perdido del chofer, sobre todo al inicio del recorrido, le dimos la vuelta al cuadro dos veces, y después se metía por cualquier calle, no la conocía, se devolvía. El propio guía turístico, pues.

Sunday, April 29, 2007

Y ese poco'e piedras

Como cosa rara hoy me tocó un día tranquilo, y ya que ando en Cairo, ¿qué otra cosa que hacer sino y a ver las pirámides?

Me conseguí un chofer, loco'e bolas para manejar como todos, pero que al menos habla buen inglés, y se conoce la historia del sitio. O por lo menos echa unos cuentos muy convincentes, a lo mejor lo que hace es hablar pura paja, pero al menos el tipo habla como si supiera del tema.

Nos fuimos por el camino largo, dándole la vuelta al cuadro -La Ciudadela-, y metiéndonos por las callecitas del mero centro de Cairo. Allí se ve lo mismo que en los pueblos de Venezuela, la gente hablando paja al frente de su casa, sacan las sillas y se ponen a conversar, en vez de ponerse a limpiar el frente de su casa, que bien cochino que está. Aquí se nota la herencia que a través los españoles nos dejaron los árabes en nuestra cultura: flojera alante.

Dentro y fuera de la ciudadela vimos todas las mesquitas del mundo, de todos los estilos y colores, nuevas, la más vieja de África, en buen estado, cayéndose, en remodelación, chiquitas, bestialmente grandes. Lo único común entre todas ellas es el color, un beige rojizo que es el mismo color de la piedra usada para su construcción, que mezclado con la arena, y el color amarillento del cielo por la contaminación, termina viéndose como un gris rojizo.

Hay más mesquitas aquí por metro cuadrado que en Arabia Saudita, mezclaítas con iglesias cristianas. Son mil y pico de mesquitas y no se cuantas iglesias en una ciudad de alrededor de 15 millones de personas. Pero no son fanáticos para nada, y así como hay gente que va a la iglesia, también se echan palos, las mujeres no andan con un trapo en la cara, y se respira un ambiente general de paz con el mundo.

Viendo las márgenes del Nilo es cuando se nota lo fértil de esta tierra, que es la razón principal del surgimiento de los asentamientos y grandes culturas de Egipto. Y uno empieza a entender el por qué la gente anda de los más feliz aunqe parezca que no está haciendo nada: hacen, pero lento. El entorno se encarga de proveer los medios.

Ya llegando a Giza se ven las pirámides detrás de los edificios, y de los asentamientos que han surgido alrededor del turismo. Si ud. cree que va a conseguir las pirámides en el medio del desierto, creame que está pelado, las pirámides ya casí están rodeadas por la ciudad, sólo les falta un lado. Pero volviendo a nuestro cuento... llegamos a una tienda que vende papiros, perfumes y alquila camellos y caballos con su respectivo guía. Después de discutir un rato el precio, acordamos el paseo en un caballo --Ni por casualidad me montaré en un camello para terminar oloroso a bosta-- y arrancamos para las pirámides. Por la hora, ya no se veía mucho, pero siempre quedaba el consuelo de tomarle las fotos a las pirámides de noche, con la iluminación del "show de luces" que presentan todas las noches.

Pero...

La cámara se quedó sin baterías después de la primera foto, y así, e único recuerdo que me queda de la visita a las pirámides es esta foto medio desenfocada que logré tomar.

Y por supuesto, también me quedó la impresión del sitio: un piedrero inmenso. Que desperdicio de energía en adular a un seres humanos que se creían dioses.




Tracklog: De las pirámides a la tienda.

Ni de vaina que manejo en Cairo

Llegandito a Cairo después de mil años de viaje, consigo a un "buen chofer, my friend", que me lleva a diez mil kilómetros por hora al hotel.

Y después del susto, el tipo se me arrechó porque "10 libras son sólo 2 dólares". Esa era la propina, ya le había pagado al de la línea de taxis en el aeropuerto.

Estos choferes de Cairo son locos de bolas. Aquí ni de vaina que manejo.


Tracklog: hecho mierda y con tráfico, del aeropuerto al hotel

Saturday, April 28, 2007

Ladillaísimo en Amsterdam

A todo el mundo le gusta decir que eso de "viajar es sabroso". Pero cuando uno anda de trabajo, y no de vacaciones, la cosa cambia.

Por ejemplo, hoy llegué a Amsterdam a la 8 de la mañana y me he conseguido con un aeropuerto que no tiene nada que envidiarle a La Bandera: un peo de gente, desorganizado, y la gente de atención de KLM con cara de culo.

Lo bueno es que ya pasó, y ahora sólo tengo que estar aquí en el aeropuerto hasta la 8 de la noche, para coger el vuelo a Cairo, y llegar a las 2 de la mañana. De pinga, pues.

Ahora, tengo que reconocer que lo bueno de viajar es el servicio en el cuarto. Nada de recoger sábanas, y uno pide la comida por teléfono.

Flojera alante, pués.



Nota después de cuarenta y ocho mil horas esperando el próximo vuelo: por fin me voy de esta mierda, nojoda. Menos mal que la cerveza es buena aquí.