Para mi sorpresa, no había ningún tipo de restricciones para llegar hasta allí de hecho, si me hubiera dado la gana, me llego hasta la puerta del edificio.
Aquí les mando unas foto tomada desde el Teresa Carreño, donde pueden ver lo arrecho que son los pilotos de los helipcópteros. Aunque en realidad, mucho esfuerzos para nada, esa agüita no sirvió nisiquiera para frenar el incendio.
El resto de las imágenes las pueden ver aquí. (La página es pesadita, y las imágenes aún más).
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