Friday, March 03, 2006

Los camioneteros si son agentes de la CIA, ya yo lo comprobé.

Fíjense que ayer me monté en una camionetica en la Av. Urdaneta, y noté varias vainas raras. Lo primero que me llamó la atención es la marca del autobus, Blue Bird, hecho en USA. Por ahí empezaron mis sospechas, todo el mundo sabe que el Gobierno Revolucionario Bolivariano del Excelentísimo Líder bienamado Hugo Rafael de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios y Chávez Frías ha impulsado la tecnología endógeno que nos ha liberado de tener que importar bienes terminados del Imperio.

Así que agucé mis sentidos, para que ver más podía pillar. El autobusero parecía moreno, con el pelo chicharrón. Pero mi astucia me develó de inmediato la verdad. Por mucho violín en spray que se eche, por mucha sucio en la cara, y por muy pata en el suelo que parezca ese conductor, me di cuenta, con la agilidad mental que me caracteriza, que era una catirito de Georgia disfrazado de chofer de camionetica, ¡ese era un agente de la CIA camuflado!

Así que para despistar, y para ver si lo podía tomar desprevenido, le dije:

- CIA agent, give me your password?

Pero el agente, muy hábilmente se hizo el pendejo y me cambió el tema

- Tú a mi no me hables en Francés, termina de subirte y págame de una vez.

Claro, yo sabía que él me había entendido a la perfección, pero que su entrenamiento le permitía enfrentarse a cualquier interrogatorio sin soltar ni una verdad. Así que decidí pasar al siguiente nivel. Primero, para despistarlo, saqué los reales para pagarle, los 500 bolos que cuesta el pasaje. Y fue en ese momento que el conductor se equivocó: sacando a relucir su pasado capitalista, de muchacho criado en lo más podrido del imperio capitalista, me dijo con avaricia, o tal vez para confundirme:

- Te falta doscientos.
- ¿Cómo es la vaina? - le dije sin entender
- Que te faltan doscientos bolos. El pasaje cuesta setecientos, y si no, te me bajas de esta vaina - me dijo con el desprecio que usan los ricachones para dirigirse a sus empleados.

Yo sabía, carajo, éste es un cochino capitalista, en busca de un pendejo del pueblo para joderlo y sacarle todos los reales. No podía dejarlo escapar. Como ando pelando más bolas que muchachito de la calle, ya que esta semana no nos han pagado la beca, y a punto de perder el contacto con el primer agente de la CIA infiltrado que conseguía cara a cara en Caracas, decidí ágilmente, como siempre son mis procesos mentales, a ir al plan B: desenmascararlo frente a todos los pasajeros. Y para eso, necesitaba que el agente saliera de su asiento, para evitar que me atacase con alguna de las armas químicas que estoy seguro tenía debajo del asiento. Así que con gran astucia le dije:

- Chófer, sal de tu asiento.

Pero él no reaccionó, sólo me miró de nuevo con cara de desprecio, y luego agregó:

- ¿Tú eres pendejo o te la das? ¡Que me pagues los doscientos bolos!
- Coño, mano, yo lo que cargo son esos quinientos bolos que te dí. Mejor me los devuelves y sigo a pié -le dije, para despistar.
- ¿Cómo es la verga? -Me dijo el agente, aparentando una fingida molestia, seguramente para confundirme- ¿Que te devuelva los reales? No joda, chico, te me bajas de esta vaina, y anda a pedirle los reales al coño´e tu madre.

No puedo negar que el dominio de nuestra lengua de ese agente de la CIA me sorprendió. Es increíble el esfuerzo y los recursos que invierte el gobierno de los Estados Unidos para infiltrar agentes en nuestra sociedad. Pero por muy bien entrenado que esté un agente de la CIA, no puede escapar a mis finos y bien entrenados oídos, que captaron debajo de su pronunciación una ¨erre¨ gringa en la mentada de madre. ¡Ya lo tenía atrapado!

- ¡Ajá! Te pillé, gringo de mierda - Le dije, y salté a la acción. Le brinqué encima, agarrandole el pelo para quitarle la peluca, y ponerlo así al descubierto. Pero el agente se resistía, y con gran habilidad empezó a maniobrar el autobús, para tratar de zafarse de mi, mientras gritaba:

- !Pero bueno, malparío ¿tú estas loco? ¿Tú como que quieres matarme?

Claro, todas tácticas para evitar que lo despojase de la peluca, para que los pasajeros no se diesen cuenta de la verdad. Pero al final, el agente fue más hábil que yo, simuló chocar el autobus contra una patrulla de policías infiltrados, que me pusieron preso en una de sus guaridas secretas donde me tienen incomunicado.

Pero no estoy preocupado, yo se que mi comandante Lina Ron me va a sacar de aquí.

1 comment:

ana said...

Ja,ja,ja... es muy loco tu blog...
Saludos y suerte con tu Altísimo, benedicto presidente Hugo Rafael Bolivar Palacios Chávez Frías.